Varios lectores de este blog me han solicitado que cuente alguna anécdota que haya sucedido por el hotel que regento. Pues bien, hoy les voy a relatar una historia tan real como la vida misma rescatada de una novela que llevo en danza desde hace un tiempo, como se dice por estos lugares, que trata sobre el comportamiento de los clientes por los hoteles, (desde los años setenta hasta hoy en día, (espero terminarla pronto aunque soy un poco perezoso por este genero literario que es la novela): UN CLIENTE PASAJERO “Así pasaban estos primeros años por nuestro establecimiento, el Turismo nos invadía por todas las partes de Aragón, podríamos decir que era una invasión programada, y además ya no eran los franceses, ni alemanes, sino que se unían a tal aventura de visitar España las Ordás del norte de Europa. Con un lema común, Viva el alcohol y las mujeres! (como reza la canción) y el sol minando calenturas blancas de pieles carentes del astro rey, a través de nuestras carreteras vigiladas por los cuernos del toro de Osborne (sonriente y negro como un tizón, tan cansado como húmedo, por los hogares de los pueblos sedientos de turismo. Recuerdo […]