PEÑAS

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PEÑAS

Cierto comentarista narraba allá por el 1917 lo que se podía ver en las Fiestas de Huesca, escribía: aquí los juerguistas no bailan por las calles a los acordes de dulzainas y Tamboriles, como en otras poblaciones; en Huesca son los danzantes quienes “evolucionan a los acordes bullangueros de unos clarinetes y trombones, y los gigantes y enanos a los toques de una magnifica gaita, que en verdad os digo que no hay mas instrumento más típico y tradicional”.

Esto nos da una idea de cómo han evolucionado las Fiestas en nuestra Ciudad, ya que desde hace mucho tiempo bailan en las calles los oscenses, ¡y no solo los danzantes!, como también han ido agregándose las Peñas para ayudarnos a vivir, aun mas, los días de San Lorenzo, llenándose de jolgorios, calles y plazas “eso si en muchos casos manchados con caldos oportunistas” pero aun así, sin ellas posiblemente no se entendería Las Fiestas de Nuestro Patrón por esta parte de Aragón.

Hablar de las peñas Oscenses hay que remontarse al 1925, ya que este año apareció en las Fiestas de San Lorenzo la peña “La Bola”, una peña que aglutinó en los primeros momentos de su andadura; títulos universitarios, ingenieros, médicos o periodistas, para después con los años aparecer otras series de peñas mucho mas populares y sin tener ese toque etiquetado del principio. Ha habido muchas peñas, como la desaparecida Peña los 30, o´ San Jorge, Gaiteros, aparte de otras tan emblemáticas como son: Los que Faltaban, la Alegría, Zoíti, Parrilla, etc y con un claro fin, animar a vivir la calle entre colores blancos y verdes “inundados de aromas de Albahaca la ciudad” en las Fiestas de San Lorenzo

Pero antes no era así, todo era muy diferente, sin peñas las fiestas se vivían de esta manera:

Unos días antes se procedía al desencajonamiento de los toros en los pastos de la Ermita de Loreto, con una gran expectación se especulaba la bravía de las reses, que en muchos casos procedían de las ganaderías de Ejea de los Caballeros. Mientras las señoras engalanaban sus balcones con banderas y escudos entre iluminaciones y arcos voltaicos que se colocaban por parte del Ayuntamiento por el centro de la ciudad: Cosos, Cuatro Esquinas…

Las calles de la ciudad se llenaban de “forasteros”, que llegaban en “trenes botijos” procedentes de Zaragoza y localidades cercanas para vivir “la Fiesta”.

por la mañana; bandas y gaiteros, al mediodía; vermouth y almuerzo en los restaurantes y casas de comidas, por la tarde a los toros y al atardecer el retorno.

La ciudad disfrutaba las fiestas entre comparsas y cabezudos, marchas y pasodobles, rondallas y jotas bien “paridas” de la cultura popular.

Los concursos de jotas, rondallas, bandas funciones de teatro, carreras pedestres o de burros era de lo más habitual, como también debo añadir los famosos concursos de escaparates o de las escuelas, homenajes a los “viejos” o comidas fraternales con los “pobres”. Ya en los años treinta se incorporó a dichas actividades, tanto lúdicas como religiosas, la introducción por parte de una representación de las mujeres de Huesca de “la elección de la Señorita Huesca”, (hoy en día, Mairalesa).

He dicho antes que la Fiesta de nuestro Patrón era diferente, ¡y la realidad es que creo que no!, todo sigue igual, mas perfeccionadas, eso si, gracias a los responsables que se involucran a dicho evento, porque en el fondo las Fiestas siempre han sido idénticas en su contesto, nuestros orígenes y cultura han prevalecido durante muchos años creando: la convivencia y armonía, los reflejos de la vida cultural y popular de la ciudad, hermanamientos y saludos a lejanos que nos visitan en las Fiestas y sobre todo, bullicios y algarabías.

Debemos dar gracias al Ayuntamiento de Huesca, a través del Patronato de Fiestas, ahora y antes, por la labor que desempeña en la elaboración del Programa de Fiestas. “Dar gusto a todos es muy difícil”, cada uno tiene su interpretación de cómo queremos vivir estos días, pero no debemos dudar que intentan complacer a todos, pero con las limitaciones que conlleva dicha Institución.

La trayectoria de las Peñas ha estado cargada de obstáculos y complejidades, atrás han quedado olvidadas las búsquedas de locales en los bajos de las construcciones en el centro de la ciudad, adornados con luces de neón y banderitas de papel, huecos de ascensores cargados de agua, ladrillos, lavabos y bañeras, para después el 16 de agosto dejarlo todo en su sitio para seguir con los trabajos de albañilería. Otras durante mucho tiempo tuvieron locales seguros, como la Zoiti detrás del Casino Oscense, por nombrar algunas, pero no cabe duda, que cada una ha dejado su propio sello personal creando una identidad única y particular entre los Oscenses. Con el tiempo han ido cambiando de ubicación, el Ayuntamiento ha intentado con todos sus medios a su alcance, buscarles el lugar idóneo para dichas asociaciones. Hay voces que se levantan en contra, otras a favor de las nuevas ubicaciones, contentar a todos es una utopía, pero la realidad es que la Fiesta es de todos. Pienso que es muy complicado hablar de este tema, ya que todo el mundo tiene razón, pero debemos intentar ceder unos y otros para el buen desarrollo de Las Fiestas de San Lorenzo, y creo que se esta consiguiendo poco a poco.

Por eso el blanco y verde con peñas incluidas debe prevalecer sin más consideraciones, todos nos debemos adaptar a los tiempos que vivimos, con ruidos y sin ruidos,

Y no me imagino San Lorenzo, sin las Peñas.

Es verdad que las peñas cada vez están mas lejos, y no es menos verdad que muchos ciudadanos demandan mas tranquilidad en estos días, curiosa contradicción, ¡esto como se come! Ocio y tranquilidad son malos compañeros.

Peñas - San Lorenzo

Y hacer por otra parte comparaciones con otras fiestas y Peñas del Norte de España, pienso que es una quimera. Me duele al oído, cuando intentamos explicar nuestra Fiesta de San Lorenzo fuera de nuestro territorio a los amigos que no conocen dicha fiesta, con alusiones y comparaciones con San Fermín u otras festividades…

Las Fiestas de San Lorenzo son únicas y las Peñas de Huesca también son únicas.

A modo de anécdota, hace unos años despertó sobresaltado un cliente, para mas señas “francés” en nuestro establecimiento el día diez de agosto, por el gran estruendo originado por el replicar de las campanas de la ciudad, por lo cual bajó malhumorado a recepción aludiendo con pocas sonrisas a que se debía tal ruido,” ya que desde la liberación de Paris no había oído tal replicar de campanarios”. Se le dijo amablemente que estábamos en Fiestas y que honrábamos a nuestro Patrón San Lorenzo y que por eso estallaban de alegría las Campanas de la Ciudad.

Con una sonrisa en sus labios musitó ¡Oh la la españoles!, para después con sus años a cuestas, decir donde podía visitar a dicho Santo. ¿Para qué, pensamos?

Lo más curioso de esta historia es que lo vimos pasar, vestido de blanco y verde, bailando entre los Danzantes de Huesca y Peñas de jóvenes por delante del Hotel.

Creo que este es el verdadero sentido de las Peñas de Huesca, de los Oscenses, de nuestros Danzantes, del Olor al Albahaca que inunda la ciudad. Me comentaban un gran amigo, peñista de la Peña los que Faltaban, “sabes Roberto que el Camposanto de nuestra ciudad huele a albahaca el 9 y 10 de Agosto”, mucho peñistas y oscenses vestidos de blanco y verde recuerdan con sus ramos de albahaca a sus seres queridos. Me conmovió tal apreciación, ya que por ignorancia no me lo podía imaginar que esto ocurriera en la Ciudad, para después apuntillar dicho comentario “eso si, un buen ramito de albahaca, pero arrancado por las manos encallecidas de nuestros hortelanos”.

Espero que no les haya aburrido con mi pequeña aportación sobre las Fiestas de San Lorenzo, y sobre todo haciendo hincapié en nuestra Peñas. Ya que son parte de nuestra diversión del nueve al quince de agosto.

Huesca y Peñistas de la mano.

Y LA FIESTA ACABA DE EMPEZAR ENTRE EL BULLICIO Y EL AROMA DE ALBAHACA QUE INUNDA NUESTRA CIUDAD.

Nota: gracias al peñista Javier Ciprés de la Peña los que Faltaban por su aportación a este escrito sobre las PEÑAS OSCENSES

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