José Gistau y Manuel Viamonte (PERSONAJES DEL RECUERDO)

José Gistau y Manuel Viamonte (PERSONAJES DEL RECUERDO)

José Gistau y Manuel Viamonte

PERSONAJES DEL RECUERDO

Nuestros pueblos estuvieron plagados de personajes que dejaron su legado por estas tierras de Aragón, hoy me voy a ceñir a dos de ellos; el primero, José Gistau (Paquetero de suerte), contrabandista para mas señas y el segundo Manuel Viamonte, (el medico de Orna).

Jose GistauJosé Gistau, personaje muy peculiar, que estuvo perseguido durante algún tiempo por los alemanes y que gracias al alcalde de Bielsa lo dejaron en paz.

Vivió a caballo entre Francia y España, allá por el año cincuenta, pasando de un lado a otro mercancías a través de los montes del Pirineo, la primera incursión a tierras galas la hizo a través de la frontera enseñando su documentación española, nunca mas lo hizo, se adentró posteriormente por los montes para no tener sorpresas, se estuvo ganando la vida con el contrabando, pasando mulos percherones para trabajar, así como gran cantidad de artículos de primera necesidad.

Ya en la famosa Bolsa de Bielsa estuvo colaborando con las tropas republicanas como si fuera un verdadero soldado de intendencia, aprovisionó sin descanso a la 43ª división en el 38, (armas, munición, comida y otros enseres. Eran tiempos de guerra y libertad, de hambre y de rapiñas, pero siempre tuvo un ideal, ser comunista, por eso se afilió al Partido comunista Francés. Ayudo a los Maquis siempre con la sombra de sus perseguidores tras sus talones (los Gebirgsjägers o cazadores de montaña y la Feldgendamerie, así como la Guardia Civil en el lado español),

José Gistau siempre tuvo la suerte de su lado, fue un verdadero contrabandista en sus orígenes para luego recalar con sus ayudas en la Guerra Civil, pero sin lugar a dudas fue un personaje muy peculiar, ya que su verdadero oficio fue el de Contrabandista, aunque nunca quiso hablar de ello, entre comillas.

Nuestro siguiente personaje fue Manuel Viamonte, el medico de Orna, personaje también muy peculiar, y con unas sentencias que han dejado en nuestra historia, la verdadera socarronería de los aragoneses, ya decía entonces que los burros han debido salvar mas vidas que los médicos, pues una vez tuvo un aviso de un lugareño que decía “venga corriendo que mi tío se estricallao o cuello con una navaja de afeitar”. Con dos palmos de nieve. Don Manuel, dio traslado al herido en caballería. Amarraron una puerta a la yegua y ataron al enfermo para prevenirlo contra tres horas de viaje hasta la carretera que enlazaba con Huesca. Aquel hombre se salvó en invierno, pues donde no llegaba el hombre, llegaban las caballerías.

En aquel tiempo los aragoneses del Pirineo se aplicaban telas de araña en la heridas y tomaban tomillo para cualquier dolencia, como también se acudía a Ordovés donde una piedra “mágica” dotaba al agua de propiedades antihistamínicas que según parece funcionaba también contra las picaduras, por eso decía con una sonrisa Don Manuel “algo haría”, ¿pero donde esté la cortisona?

Don Manuel nunca tuvo problemas con la medicina natural, aunque a los enfermos después de desnudarlos los miraba con su fonendoscopio como pócima mas vanguardista, para mas adelante comentarle el enfermo “pues parece que man sentao bien estas friegas que ma dau”. (pirineodigital.com).

Aunque sin ir mas lejos yo conocí, en el pueblo de Belsue, muy cerca de Huesca a una madre y un hijo, que para ir al medico de la ciudad, acercaba dicho hijo a su madre a la carretera con el tractor para coger un taxi con destino a la Capital, aunque por desgracia un día fuera de calendario, se salió dicho tractor del camino y murió su madre en el accidente. Posiblemente los tiempos modernos pasaron factura a dicha enferma, ya que con las caballerías de antaño quizás no hubiera sucedido.

Huesca y sus Historias

Para recordar.

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