Cuento Aragones (2ª Parte)


CUENTOS PARA NIÑOS

BLANCA ROSA (segunda parte y moraleja)

(Lumbre de sueños)Siguiendo con las 1ª parte del Cuento Aragonés, aquí teneís la segunda entrega:

- La niña cogió al Príncipe de la mano, llamó a la fortaleza, abrieron, acarició a un perro gigantesco de tres cabezas que guardaba la puerta, condujo á su protegido al salón negro, donde se hallaba el diablo sentado en un trono de llamas de fuego, que recibió a ex – Monarca sonriéndose y burlándose en su interior, porque con malas artes, como sucedió entre tahúres, le había quitado la corona.

- Te daré lo que deseas, si con el trigo que te entregara mi mayordomo consigues sembrarlo, segarlo, trillarlo, aventarlo, molerlo, cernerlo, amasarlo, cocerlo y echar el pan al perro de tres cabezas que hay en la puerta del castillo; todo en veinticuatro horas.

- Recurrió el Príncipe á su bella protectora, que le mandó arrojar el grano desde el balcón al jardín. Se asomó, y, con espanto, vio al trigo nacer, salir las espigas y dorarlas al sol; una nube de enanitos practicó todas las operaciones, desde segar hasta llevar el pan todavía caliente á las fauces del monstruoso perro.

Volvió a reclamar su corona el Príncipe; pero el diablo, que, como todos los que no son buenos, cumplen tarde y mal lo que promete, le replicó:

- No la obtendrás, si no me entregas a cambio una sortija que hace quinientos años á un ascendiente tuyo se le cayó en el mar al irse a pique el barco que mandaba en un combate. Sólo se salvó de la tripulación tan valiente guerrero.

- Dificultad tan insuperable hizo desmayar al Príncipe. Acudió a Blanca Rosa; ésta frunció las cejas, y le dijo severa:

- Ofrecí sacarte de todos los apuros, y no faltaré a mi palabra. Verás.

Apareció una enorme tortuga, que, en un abrir y cerrar de ojos, fue al mar y volvió con la sortija de vigésimo abuelo del que perdió su reino en el juego. El diablo se la regaló, y le advirtió:

- No me vuelvas a tentar, abandona el vicio, toma tu corona, cásate con Blanca Rosa; te gusta y a ella no le eres indiferente; montad en un caballo que hay en la cuadra que corre más que el viento, y cuando lleguéis a la capital de tus Estados, os esperará la tropa formada, y el pueblo entusiasmado os conducirá al palacio.

Ni visto ni oído, así sucedió, según narraba una abuela que al calor de las llamas tenían embelesados a sus nietos para después añadir su moraleja tan aragonesa y sentenciosa:

- EL PEOR DE LOS VICIOS ES EL DEL JUEGO. SIEMPRE VA ACOMPAÑADO DE OTROS. EL QUE LO TIENE, PIERDE EL HONOR Y MUCHAS VECES LA VIDA.

Aragón y sus autores.